“El verdadero rumbo de la vida está
fijado desde dentro…” Stefan Zweig
En mi post anterior veíamos el valor de dar sentido a lo cotidiano, al aquí y al ahora aún en las peores circunstancias. Esa visión nos ayuda mucho a encontrar satisfacción en lo que hacemos y nos motiva.
Sin embargo, al ser humano le resulta casi imposible
no proyectarse hacia el futuro. Todos nos construimos -con más o menos
consciencia- unos objetivos, unas metas
a alcanzar. Y entonces ya no sólo lo cotidiano nos da satisfacción sino, que
nos recargamos de una energía poderosísima que nos invita a ir mucho más allá.
La mayoría de personas a las que admiramos tienen claras sus metas de
futuro, su sentido personal, su misión, su por qué. Ese “Sentido” no es universal sino que es único para
cada persona, cada uno de nosotros debe buscarlo, debe sentirlo.
Con toda seguridad estará muy ligado a tus talentos
innatos, a tus cualidades más destacadas, a tus pasiones, a todo aquello por lo
que de forma natural te sientes atraído.