“Aquellos que ven en cada desilusión un estímulo para
mayores conquistas, ésos poseen el recto punto de vista para con la vida.”
Johann Wolfgang
von Goethe.
Esta afirmación contiene toda la
sabiduría que nos conviene tener frente al fracaso. Veámoslo.
Debemos, en primer lugar,
familiarizarnos con nuestros errores y verlos como parte necesaria y habitual
de nuestras vidas. De hecho, todo en la naturaleza funciona por el
procedimiento prueba-error. Quien prueba algo que desconoce, ha de contar con
el error. Por eso, hay quien recomienda fracasar pronto y mucho sin perder el
tiempo.
Sugiero hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué quiero ensayar, y por tanto, en qué estoy dispuesto a fracasar? Así, dejaríamos de ver el fracaso como un fantasma temible que acecha nuestros proyectos y nuestras vidas. Es comprensible el miedo; pero en realidad no parece que esté muy justificado. ¿Dónde estaríamos hoy si cuando aprendimos a andar hubiésemos tenido miedo al fracaso, es decir, a las caídas? Efectivamente: estaríamos andando a gatas, que así no hay manera de caerse. Imagino que se tiene miedo a no ser lo suficientemente bueno; pero nunca conocerás tus límites si no te empujas hacia ellos (te sugiero ver: Nada es imposible).
Así que no tenemos que ver el fracaso
como un fantasma temible. Lo que tenemos que hacer con él es saber gestionarlo
y hacer como nos dice Goethe: “vivirlo como un estímulo para mayores conquistas”:
tener la seguridad de que se va a cumplir el principio de Arquímedes y que si
me estoy hundiendo, después voy a tener un empuje hacia arriba.
Sabemos que no importa tanto lo que nos
sucede sino cómo lo interpretamos: por eso nos conviene tener creencias
saludables frente al fracaso. Henry Ford decía que “el fracaso es la oportunidad de empezar algo
nuevo, con más inteligencia”. Y Rockefeller veía claro que “en todo fracaso
hay una oportunidad nueva”.
Ante el miedo al fracaso, tenemos dos
opciones: la primera, no intentarlo y pensar que así hemos evitado la
frustración; o bien, intentarlo aceptando la posibilidad de que las cosas no
salgan bien, pero teniendo la satisfacción de que hemos aprendido y disfrutado
del camino en la consecución de nuestros sueños. Además, nos conviene recordar
que al final de la vida uno no se arrepiente de lo que ha intentado, sino de lo
que no ha intentado.
Los hombres de éxito están muy
acostumbrados a fracasar y lo que les diferencia de los demás, es que han sido
capaces de aprender de sus errores y a no desanimarse en la consecución de sus
metas; porque “el
peor fracaso es la pérdida del entusiasmo”. H.W. Arnold.
Creo que no tenemos excusas para
lanzarnos al éxito pasando por los fracasos que sean necesarios. Además, también
se nos olvida que el éxito nunca es completo y las derrotas no tienen por qué
ser definitivas. Lo importante es mantener intacta nuestra actitud de lucha e
ilusión por nuestros proyectos; porque como dice el proverbio chino: “La gloria no
estriba en no fracasar nunca sino en levantarse cada vez que se caiga”.
Y sobre todo, recuerda: la peor
categoría no es la del fracasado, sino la del que temiendo el fracaso, ni
siquiera ha hecho el intento. De lo que está llenísimo el mundo es de estos
últimos. En comparación con ellos, el de fracasado es un honroso título de
nobleza.
IDEAS PARA RECORDAR:
El fracaso no es un fantasma
temible sólo tienes que aprender a gestionarlo.
Interpreta cada desilusión
como un estímulo para mayores conquistas.
“El fracaso es la
oportunidad de empezar algo nuevo, con más inteligencia”. Henry Ford
“En todo fracaso hay una
oportunidad nueva”. Rockefeller
“El peor fracaso es la
pérdida del entusiasmo” H.W.Arnold.
“La gloria no estriba en no fracasar nunca sino en levantarse cada vez que se caiga”. Proverbio chino
Foto: MarCruzCoach
“La gloria no estriba en no fracasar nunca sino en levantarse cada vez que se caiga”. Proverbio chino
Foto: MarCruzCoach
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