“Tenemos
que avivar siquiera una llamarada de aquella misteriosa fuerza magnética que
existe entre alma y alma”.
Stefan Zweig
El ser humano es el más complejo, frágil
y poderoso de los seres que habitan sobre la tierra. Desde que nacemos, necesitamos
estar acompañados en nuestro crecimiento personal por: padres, maestros,
amigos, tutores, terapeutas, coaches,
ídolos…
No podemos desarrollarnos sin la ayuda
de los otros: y el éxito de esas intervenciones depende en gran medida de la
calidad de la relación afectiva que se establezca y del propio esfuerzo
personal.
¿Por qué esa necesidad del otro para
crecer, y sobre todo para sanar? Es curioso, porque en el fondo todo crecimiento y sanación
sólo pueden producirse desde dentro; pero no podemos obviar los increíbles
beneficios de hacerlo acompañado.
Stefan Zweig expresa muy poéticamente
esa magia que sucede en los encuentros personales, en el diálogo, en el
contacto afectivo, que por cierto, él reivindicaba especialmente para los médicos, pero que yo recojo también para maestros, coaches o terapeutas: “tenemos que avivar siquiera una llamarada de
aquella misteriosa fuerza magnética que existe entre alma y alma”.
Así es. En el contacto personal suceden
muchas cosas: se intercambian ideas, pensamientos, puntos de vista… pero también
afecto, cariño, admiración, respeto, compasión… y de los cruces y las
combinaciones de estos factores que desconocemos, se produce la chispa, la
inspiración para ese crecimiento personal que anhelamos.
No cabe duda de que no hay crecimiento
sin ideas o sin educación. Ya los filósofos griegos se percataron de que la
frontera entre enseñanza y terapia es muy fina. Sócrates, Platón, Aristóteles,
los estoicos y los epicúreos creían que la educación y la razón eran las
herramientas necesarias para combatir el sufrimiento humano. Por eso, siempre
digo que “la cultura... cura”.
Pero hay otra cualidad muy necesaria que
sólo pueden ejercer los demás: hacernos de espejo. La pura introspección no
siempre nos ayuda a conocernos mejor: es la mirada de los otros lo que nos hace
muchas veces conscientes de cómo somos. Y aquí sí, la figura del coach es
especialista en esta función, en hacerte ver tus puntos débiles; pero por encima
de todo, tus fortalezas, tu brillantez, tu unicidad.
El coach vive empeñado en que te veas tus auténticas posibilidades. Es ese espejo capaz de devolverte tu propia imagen engrandecida, y de mostrarte no sólo lo que eres sino también lo que sueñas y lo que te gustaría ser. Y ésta es una manera genial de colaborar en tu crecimiento personal.
El coach vive empeñado en que te veas tus auténticas posibilidades. Es ese espejo capaz de devolverte tu propia imagen engrandecida, y de mostrarte no sólo lo que eres sino también lo que sueñas y lo que te gustaría ser. Y ésta es una manera genial de colaborar en tu crecimiento personal.
Insisto en que esto no es una invitación
al narcisismo o al autoengaño. No se trata de que el espejo nos diga que somos
“los más bellos del lugar”, sino de tratarnos con respeto y esperar lo mejor de
nosotros mismos y, como decía una gran cadena de centros comerciales: se trata de que: “Te
especialices en ti”.
Especializarte en ti será con toda seguridad una gran baza para tu vida. Y esto, entre otras muchas cosas, es lo que ofrece un proceso de coaching: porque siempre es muy beneficioso darse un tiempo y un espacio para la reflexión y la introspección, y para mirarse en el espejo del otro y compartir emociones e ideas.
Especializarte en ti será con toda seguridad una gran baza para tu vida. Y esto, entre otras muchas cosas, es lo que ofrece un proceso de coaching: porque siempre es muy beneficioso darse un tiempo y un espacio para la reflexión y la introspección, y para mirarse en el espejo del otro y compartir emociones e ideas.
IDEAS PARA RECORDAR:
Todo crecimiento y sanación sólo pueden
producirse desde dentro, pero no podemos obviar los increíbles beneficios de
hacerlo acompañado.
No hay crecimiento sin ideas o sin
educación.
La educación y la razón son herramientas
necesarias para combatir el sufrimiento humano.
Quien es capaz de ver en ti no sólo lo
que eres sino lo que sueñas y lo que te gustaría ser, ya está colaborando en tu
crecimiento personal.
“Especialízate en ti”: es una gran baza
para tu vida.
El coach es la persona que puede cumplir
la función de darte ese espacio para la reflexión, para hacerte de espejo y
desde ahí impulsarte a la acción.
Foto: MarCruzCoach
Foto: MarCruzCoach
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