“Cada día necesito menos cosas; y las
pocas que necesito, las necesito muy poco.” San Francisco de Asís.
Siempre he tenido muy presente el valor
de la renuncia y la austeridad: supongo que es porque formó parte de mi
educación pero también porque siempre me he sentido seducida por aquellos
personajes capaces de renunciar a bienes o estados que la mayoría deseamos.
Me parece heroico ser capaz de renunciar
a ciertas cosas, y además, al renunciar a ellas, te liberas de ellas.
Veo valor en el desapego a las cosas y a
las circunstancias. Vivimos pensando que no podemos vivir felices si no tenemos
tal casa, tal trabajo, tal vestido, hijos perfectos… Y estamos siempre
estancados y experimentando la carencia. Nuestro cerebro parece olvidar muchas
cosas, menos todas aquellas que nos faltan; y nos lo recuerda una y otra vez y
nosotros no paramos de recrearnos en ellas. Tenemos cierta tendencia al
masoquismo, parece.