Así confesaba Demián que su debilidad era su atracción por la belleza y
lo sagrado. ¿Pero qué es la belleza? Muchos filósofos y artistas han intentado
dar respuesta a esta interesante pregunta. Haciendo un poco de memoria, creo
que sería justo reconocer que fueron los griegos los que nos enseñaron a mirar
y admirar: nos descubrieron que la belleza es la culminación de todas las
virtudes y bondades. Los filósofos griegos, a fuerza de dotar al concepto de
belleza de todas las perfecciones, acabaron asignándole existencia propia y
asimilándolo a Dios.
Para los griegos, decir belleza era decirlo todo. Ellos
entre sí, no se desean un buen día como nosotros, sino un “hermoso día”
(Kalimera); y las cosas no son para ellos buenas o malas, sino hermosas o feas.
Y la cumbre del ser no está en otra virtud que en la belleza: por eso, no sólo
estaba ligada con lo que genera sensaciones agradables a la vista, sino con las
características del alma, lo que implica una relación entre la estética y la
ética.
¿Por qué hablar de la belleza en un blog de coaching? Pues porque tener
la belleza como objetivo es crearla, contemplarla, saborearla… Es que la
belleza es creación del que la contempla y es recreación y gustación de lo que
hemos creado. Hay personas capaces de embellecer todo lo que miran. Cada uno
tenemos nuestro p.B, nuestro potencial de belleza. Y el tener esa mirada capaz
de embellecer lo que miramos, hace
que el entorno que nos creamos irradie felicidad, porque todo lo que
embellecemos con nuestra mirada contribuye a, embellecernos y a acrecentar
nuestra felicidad.
Los griegos trabajaron mucho el culto al cuerpo: en los deportes, en el
arte, en los cuidados personales… Y lo convirtieron en un símbolo inequívoco
del concepto de Belleza. Resulta comprensible, dada la atracción y deseo que
los cuerpos pueden despertar. Esa casi obsesión por el cuerpo sigue vigente en
nuestros días y me parece una excelente idea que sigamos preocupados por el “mens sana in corpore sano”. De igual
modo es importante que nos miremos en el espejo y nos gustemos, nos sintamos
atractivos y fomentemos la estética que se adecue a nuestros gustos, -siempre y
cuando no seamos esclavos de estereotipos ni modas absurdas-. Tenemos que abrir
la mente y ser capaces de ver belleza más allá de los modelos establecidos
socialmente.
Es verdad que hay gente guapa y menos guapa, pero la belleza es una
capacidad y no siempre se lleva puesta, porque más que en los rasgos, la
encontramos en los gestos, en las expresiones, en el alma que asoma por
nuestros ojos, por nuestra sonrisa, por nuestra respiración, en aquello que nos
pueda transmitir emociones. La belleza sobre todo emociona.
Si desde que nos despertamos tenemos como objetivo la persecución de lo
bello, de las cosas bellas, de las acciones bellas… esto va a tener una fuerza
transformadora muy potente en nuestras vidas. Nos fijaremos en la cantidad de
cosas hermosas y -aparentemente- simples que nos rodean: la salida o la puesta
de sol, la sonrisa de un niño, una canción, un verso, una mirada, un gesto, el
vuelo de un pájaro, las flores del campo, el beso de unos enamorados, el empeño
en mejorar un trabajo… hay belleza, allá donde uno mire.
Si así lo haces, lo feo, lo malo, lo sucio… quedará diluido y perderá
fuerza en tu día a día: es una manera muy práctica de hacerse optimista. Además
te obliga a estar muy conectado a la realidad (el principio del mindfulness) y -como ya he explicado en
otras ocasiones- se trata de una actitud que ayuda a disipar las preocupaciones
porque si estás en el presente, no estás en el pasado ni en la angustia por el
futuro.
Buscar la belleza es una gran medicina: nos va a dar más calidad de vida.
En ella hay un valor muy profundo para nuestras vidas.
Kant dijo que lo bello es libre de expresar su esencia sin ningún
interés, logrando así crear en el espectador una satisfacción verdadera. Es la
misma idea de que lo bello atrae, seduce, crea satisfacción sin necesidad de
verle ninguna utilidad. La contemplación de la belleza como bien supremo no
necesita ser justificada, simplemente pasa.
Esto me permite entender perfectamente la adicción de Demián por las
cosas bellas, porque nos sentimos seducidos sin estar persiguiendo ningún
propósito.
Poder liberarnos –aunque sea momentáneamente- de la búsqueda de
resultados, de premios, de objetivos… es un gran descanso. Lo gratuito, lo que
nos gusta “porque sí” conecta muy profundamente con nosotros. Encierra un
misterio que nos cuesta descifrar pero que es muy humano.Así que si queremos reforzar nuestra humanidad, tenemos que esforzarnos
en crear belleza y ser capaz de contemplarla.
Sé que puede sonar muy rimbombante, pero “hacer de la verdad, belleza”
me parece uno de los objetivos más atractivos de esta vida. Sobre todo si
tenemos en cuenta que la vida tal como nos la hemos montado nos empuja hacia la
apariencia, es decir hacia la ocultación de la verdad, de nuestra verdad. ¿Y
qué es la verdad? Pues para los griegos es tanto como la “no ocultación”. ¿Cómo
no va a ser bello vivir tal como se es, sin tener que fingir ni ocultar nada? Aunque
es posible que cualquier verdad sea bella de por sí y, del mismo modo, que
cualquier obra de arte tenga un contenido de verdad.
Recuerdo un video de Ricardo Mutti, director de orquesta, en el cual
expresa qué significa para él, hacer Música (es decir, crear belleza). Dice que
no resulta fácil porque se trata sobre todo de captar los sentimientos, las
emociones que hay más allá de las notas, y más allá –dice él- está el infinito,
está Dios y nosotros somos muy pequeños enfrente de Dios.
Bueno, dejando filosofías aparte, os recomiendo que hoy mismo estéis
pendientes de todas las cosas bellas que os rodean y os recreéis en su
contemplación. Es un auténtico placer dedicarse a la belleza. Y tengo la
completa seguridad de que os hará mejores y más felices. El mundo está lleno de
cosas bellas. La vida es bella.
IDEAS PARA RECORDAR:
Haz como los griegos y deséate y desea a los demás “kalimera” ,un “hermoso día”.
Fíjate y contempla todas las cosas bellas que te rodean: te hará sentir
mejor, más optimista y más conectado con el presente, con tu autenticidad y con
tu verdad.
La contemplación de la belleza te libera de la tiranía de los resultados
y objetivos. Lo bello tiene un fin en si mismo y nos da placer.
La vida es bella.
Foto: MarCruzCoach. Leuven (Bélgica)
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