"Tener una biblioteca desordenada es como no tenerla"
Me regalaron este libro -de la japonesa Marie Kondo- la pasada
Navidad y no le presté demasiada atención. He de reconocer que el orden jamás
ha estado entre mis obsesiones. Me muevo
bien en un cierto caos aunque cuando estoy en sitios ordenados siento mucha
paz, belleza, luz.
Desde que vivo en Bélgica (y a falta de sol) tengo una casa
grande, pero siempre tenía mi ordenador (¡¡objeto que nos ordena…!! ¡jaja!)
allí donde estuvieran mis hijos: en su sala de juegos, en el salón, en cualquier
habitación…, pero hace un par de años decidí recalificar una habitación como
“cuarto propio” -que diría Virginia Wolf-, y me tomé en serio la idea de
decorar, colocar y ordenar todos mis libros, cuadros, fotografías. El resultado
fue espectacular: tener un espacio físico me ayudó muchísimo a tener un espacio
mental. Los cuadros y las fotografías, cada objeto de mi despacho me
transmitían belleza y me animaban a ella. Al final, es cierto que cada objeto tiene su
historia, su energía y su vida. Como también
acaba siendo cierto que la forma influye en el contenido.
Me muevo habitualmente entre libros, y me gusta volver a ellos
para releer un capítulo, una frase o una idea.
Pero a menudo tenía que renunciar a ello porque no podía localizar ese
libro. Y es que al final “Tener una biblioteca desordenada es como no tenerla”.
Hoy te invito al orden, justo antes de empezar el curso escolar,
incluso antes de proponerte los objetivos formativos, sean académicos o
personales. Coloca bien tu habitación,
tu casa, tus libros, tu ropa… El orden hace la vida más fácil, más productiva,
en cierta manera más simple. Tener las cosas ordenadas nos ahorra tiempo, nos
hace ver las cosas más claras y más rápidamente.
Los griegos llamaron al mundo cosmos que, etimológicamente hace
alusión al orden y a la belleza. Y es que todo lo que existe tiene un orden:
hay orden en la música, en las matemáticas, en la arquitectura… Hay orden en
cualquier disciplina.
El libro de esta japonesa, obsesionada desde bien pequeña por
ordenar, da unos cuantos consejos prácticos -que aunque parecen sencillos-
cuesta llevarlos a la práctica. La primera idea básica es que te tomes muy en
serio la organización de tus cosas y lo vivas como un suceso especial. Siente
que estás haciendo algo muy importante.
Sé consciente de que te va a llevar tiempo y que tendrás que tomar
decisiones difíciles. Nos cuesta mucho deshacernos de nuestras pertenencias,
pero al final, tendremos que desechar.
Respecto a la ropa: la recomendación es tirar todo aquello que no
te sirva, que no lo hayas usado en un año o que cuando lo tengas en tus manos
no sientas que lo adoras.
Los libros, postales, cartas…una vez leídos, fuera. A no ser que
realmente sean tu objeto de culto o trabajo.
Ten un sitio para cada cosa: papeles del banco, material de
estudio, garantías, monedas…
No preguntes a nadie sobre qué cosas conservar o no.
Busca la sencillez en el almacenamiento y no apiles los objetos.
Quédate sólo con lo realmente necesario o con aquello que te haga
muy feliz.
El libro está lleno de consejos prácticos y -aunque no los
comparto todos- es un buen acicate para motivarte.
A mí me ha servido para poner en valor el orden. Me he dado cuenta
de que al ordenar se transforma mi vida, me ayuda a ganar confianza y me hace sentir
mejor. ¿Por qué?, y quizás aquí esté la clave. Pues porque al tener que ordenar
físicamente mis espacios: despacho, papeles, armarios, recuerdos… me estoy
obligando a poner orden en mi vida y a distinguir lo que es importante de lo
que no lo es. Ordenar me obliga a reflexionar y a priorizar qué cosas tienen
valor para mí.
Estoy convencida de que con nuestros objetos personales ordenados,
resulta mucho más fácil saber qué nos gusta, qué nos interesa, a qué damos
valor y, por lo tanto, hacia dónde nos apetece ir. Más aún, nos obliga a
definirnos sobre cantidad de cosas que tenemos sencillamente aparcadas; con lo
que en realidad nuestra vida se ha convertido en un gran parking de vehículos
la mayoría de los cuales ya no funcionan por falta de movimiento.
Ordenar tu casa puede ser un primer paso para poner orden en tu
vida. ¡Suerte!
IDEAS PARA LLEVAR:
Tener un espacio físico ayuda a tener un espacio mental.
Cada objeto transmite una energía diferente para ti: las cosas
bellas invitan a la belleza.
Tener una biblioteca desordenada es como no tenerla.
El orden hace la vida más fácil, más productiva, en cierta manera
más simple.
Ordenar nos obliga a reflexionar y a priorizar qué cosas tienen
valor para nosotros.
Deshacernos de lo que no nos sirve (el primer servicio es no
estorbar), nos facilita mucho la vida.
Foto: MarCruzCoach Ischia (Italia)
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