"Todo espíritu creador cae infaliblemente en lucha con su demonio, y esa lucha es siempre épica, ardorosa y magnífica" Stefan Zweig.
A raíz del post de “la cultura, cura” se me ocurrieron otros títulos manteniendo la rima: “la locura, cura”, la lectura, cura” o “la pintura, cura”.
A raíz del post de “la cultura, cura” se me ocurrieron otros títulos manteniendo la rima: “la locura, cura”, la lectura, cura” o “la pintura, cura”.
Honestamente no pretendo curarme ni
curar a nadie de nada, entre otras cosas porque no me gusta considerarme ni
considerar a los demás, enfermos. Debería ser la obligación de cualquier
terapeuta, ser capaz de ver a su cliente como alguien sano, es el primer paso
para su curación, pero éste es otro tema.
En realidad, enumero –a partir de esos
títulos- una serie de circunstancias (la lectura, el teatro, la música, la
pintura…) que nos pueden llevar a la buena vida, y con ella, a una buena salud.
La Cultura y el Arte tienen exactamente esas dosis de lo que necesitamos para
vivir muy bien. La regla de oro del teatro -para Albert Boadella- seguiría el siguiente esquema: caos-orden-caos.
Y lo explico: el artista siente una
emoción de una forma muy caótica, es la fuerza dinámica del caos que empuja
hacia la creación, pero esa energía es amorfa, incomprensible y estéril si no
somos capaces de pasarla por el filtro de las reglas, la técnica, el orden, la
secuenciación. Sólo cuando hemos domeñado la emoción pasada por el filtro del
rigor y de la razón puede llegar al público, de nuevo, en forma de emoción y de
caos, sin que el público se percate de los mecanismos que se han hecho para
poder transmitirles lo que pretendíamos.
Eso es lo que sucede con un buen libro,
una buena obra de teatro, una excelente pieza musical, un poema… Nos llega como
pura emoción, puro caos, pura sensación, pero hay mucho orden detrás. Me
recuerda aquella idea de que es muy complicado ser sencillo.
Entonces, ¿cuál es la moraleja para ese
vivir bien del que hablaba al principio? Pues que si pretendes que tu vida sea
una obra de arte, -que debe serlo-, debe partir de tu caos más primitivo, de tu
emoción más primigenia. Pero, no puedes ahorrarte el proceso de pasar por la canalización y la contención,
entendiendo por contención: el filtro del sentido común, la razón, el orden, las técnicas,la
secuenciación, el esfuerzo, la disciplina. La sensación es que estás coartando
tu libertad, que no estás dando rienda suelta a tus instintos, pero el problema
es que no existe ese camino que vaya directo a la obra de arte, a algo con
valor y con gran emoción si no pasa por el filtro de la razón y el trabajo.
Hay sociedades que invitan más al caos y
otras que quieren imponer siempre el orden. El secreto está en conseguir ese
equilibrio entre lo Apolíneo y lo Dionisíaco. (Ya lo dijo Nietzsche). Podríamos
hablar también de exaltación de las emociones o de la exaltación de la razón.
Las dos opciones me parecen erróneas. Yo empecé este blog alabando la
inteligencia de las intuiciones y sigo creyendo en ello, pero eso no quita que
tengamos que seguir haciendo uso de la razón para acabar de pulir aquello que
la emoción nos sugiere. La contención es una gran cualidad.
A través de cualquier arte uno es capaz
de experimentar esta regla de vida: escucha tu caos, dale espacio, pero haz uso
de tu capacidad de contención y crea -con tu razón- algo emocionante, una vida
emocionante.
Dice la cita de Zweig que todos los creadores están en esa lucha con su caos primigenio, con esa fuerza casi divina que les posee y que deben dominar con su voluntad de hombre. Y sigue diciendo que el que crea algo "le es dado trasladar esa lucha demoníaca desde los oscuros repliegues de su sentimiento a la luz del día, al idioma". Pienso en el "genius" romano del que os hablé. La idea es que todos tenemos esa genialidad interior (el caos) que para salir y expresarse completamente (de nuevo, el caos) necesita un proceso de "traducción", es decir, encontrarle sus propios códigos, su gramática, su idioma (un orden).
Pues eso, tenemos que hacer como los creadores y transformar a fuerza de voluntad humana nuestros sueños en obras concretas.
Dice la cita de Zweig que todos los creadores están en esa lucha con su caos primigenio, con esa fuerza casi divina que les posee y que deben dominar con su voluntad de hombre. Y sigue diciendo que el que crea algo "le es dado trasladar esa lucha demoníaca desde los oscuros repliegues de su sentimiento a la luz del día, al idioma". Pienso en el "genius" romano del que os hablé. La idea es que todos tenemos esa genialidad interior (el caos) que para salir y expresarse completamente (de nuevo, el caos) necesita un proceso de "traducción", es decir, encontrarle sus propios códigos, su gramática, su idioma (un orden).
Pues eso, tenemos que hacer como los creadores y transformar a fuerza de voluntad humana nuestros sueños en obras concretas.
IDEAS PARA RECORDAR:
El proceso creativo que siguen los
artistas es un buen modelo para la vida.
La regla: Caos/Orden/Caos es en esencia:
Escucha tus emociones, ordénalas desde
tu razón y con voluntad, y tendrás una vida emocionante.
La contención y canalización de tus emociones es básica
para que éstas cumplan inteligentemente su función.
Dar rienda suelta a las emociones no es el mejor atajo para tener una vida interesante: ten una lucha épica y magnífica con ellas.
Dar rienda suelta a las emociones no es el mejor atajo para tener una vida interesante: ten una lucha épica y magnífica con ellas.
Foto: Mt.Santa Rita
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