“No sucumbas a la moda.
El poder siempre quiere rebaños”. Albert Boadella.
Hay a quien la propia
inercia ya le sirve para vivir y la realidad no le reta a grandes reflexiones.
Y como hay libertad incluso para no pensar, pues no necesita hacer nada más,
porque ya está ejerciendo su derecho. Esto le permite vivir en la seguridad de
que formando parte consustancial de la masa y recitando a coro con ella los
eslóganes y mantras que la mueven, jamás tendrá que enfrentarse a ningún
enemigo ni tendrá que explicarle por qué cree lo que cree y hace lo que hace.
¡Qué gran alivio!
Pero el que uno no
piense sobre los hilos que nos mueven, no quiere decir que esos hilos no
existan. El hecho de que los virus no sean perceptibles a mis ojos (como
tampoco lo son las realidades ante las que cierro los ojos), no quiere decir
que no tengan capacidad para infectarme.