"Como insinuaba el loco de la linterna de Nietzsche: se trata de que cada uno de nosotros se convierta en un dios." Toni Llàcer
Sin entrar en
grandes definiciones todos tenemos en mente en qué consiste ser genial: ser
capaz de aportar algo nuevo, hacer algo extraordinario, ser especialmente
creativo… De una manera u otra todos nos hemos sentido atraídos por algún genio
y –como hacen los niños con sus súper héroes- los adoramos como si de
semi-dioses se trataran. Parecen criaturas de otra especie.
Y de igual
forma que los niños se ponen su capa de Superman y sueñan con poder volar algún
día, algunos de nosotros también hemos fantaseado con la posibilidad de ser
como nuestros genios preferidos.
Yo me he
estado informando sobre qué hay que hacer para ser genial. ¿Hay algún camino que lleve a la genialidad? Se lo he preguntado a alguno,
le he pedido clases de genialidad, y tentada estoy de apuntarme a esas clases.
Lo primero que me ha dicho el interpelado, es que el ser genio tiene muchas
exigencias y algunos inconvenientes. El primero de todos, la soledad. Si eres
distinto, no tienes en quién fijarte porque vas contra corriente. ¿Hacia el
éxito o hacia el fracaso? ¿Hacia el bien o hacia el mal? ¿Hacia lo posible o
hacia lo imposible? Y claro, el pobre genio no encuentra las respuestas en su
entorno, porque se ha salido totalmente de él. Sólo ha de mirarse a sí mismo y
mirar la realidad desde su propia mente... Muy duro. Puedes pasarte tiempo y
tiempo persiguiendo utopías. Serás un bicho raro. Y si esas utopías no
desembocan en la realidad, puedes fracasar.
Pero es que aún hay más, me dice que he de entrenarme a trabajar duro, que
he de aspirar a la perfección en todo lo que haga. Y que no tienen que
asustarme ni mis imperfecciones ni mis fracasos. ¡Uy! ¡qué difícil! Me asaltan
las dudas. ¡Pero me aburre tanto la vulgaridad!!! Una vulgaridad que no me deja
crecer, que me aprisiona en la masa, en el deber ser, en el quedar bien, en el
pensar lo que se debe pensar y hacer lo que se debe hacer…
Mientras deshojaba la margarita sobre si valía la pena embarcarse en eso de
intentar ser genial, me he acordado de los “genius” romanos y en ellos he
encontrado una buena respuesta.
Los romanos
creían que con cada varón (yo incluyo a toda la humanidad ¡claro!) nacía un
“genius”, una especie de diosecillo menor o espíritu que le protegía toda su
vida, participaba de su destino e influía en su carácter y capacidades y
finalmente moría con él.
Me pareció
interesantísimo pensar que cada uno de nosotros tiene un duendecillo (con el
que nació) que le hace ser como es, que
influye en sus talentos y en su personalidad
y al que de alguna manera, le debemos adoración y fidelidad porque es
nuestro ”genius”. Es maravilloso tener un diosecillo de uso exclusivo que nos
guía a lo largo de la vida.
Él tiene las
claves de nuestra personalidad y de nuestros talentos. Es decir, él tiene las
claves de nuestra genialidad. Así que más nos vale hacerle caso. Igual nos ha
tocado uno un poco locuelo, que nos invita continuamente a hacer cosas
diferentes, o uno muy serio, o uno divertidísimo, uno muy artista o muy
científico.. Creo que todos los “genios” coinciden en algo: en pedirnos
perseverancia y voluntad en querer ser nosotros mismos.
Forzando un poco el argumento diría que nuestro "genius" nos obliga a convertirnos en nuestro propio dios -que era la propuesta de Nietzsche-.
Con estas reflexiones he pensado que en la Escuela de Genialidad me pueden enseñar a perseverar, a
aguantar los golpes y los fracasos, me podrán dar algunos consejos para la
autoexigencia, a ser compasiva conmigo misma cuando sea necesario, o a ser más
dura…
Pero, sólo yo puedo saber quién es y qué espera de mí, mi “genius”. Nadie
puede enseñarme a ser yo misma y a estar orgullosa de serlo. Ese es el camino, el único camino a la genialidad. El trabajo de toda una vida: “BElieve
in YOUrself”.
IDEAS PARA
RECORDAR
La genialidad
tiene muchas exigencias y algunos inconvenientes.
Para ser
genial hay que trabajar duro sin saber si vas hacia el éxito o hacia el
fracaso.
Conéctate con
tu “genius”, ese diosecillo que llevas dentro.
Tu “genius”
tiene las claves de tu personalidad y tu talento.
Pueden
enseñarte a persevar, a enfrentarte al fracaso, a ser autoexigente o compasivo
contigo mismo.
Nadie puede
enseñarte a ser tu mismo y a estar orgullosos de serlo.
BElieve in YOUrself.
Foto: MarCruzCoach Pairi Daiza. La Belgique
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