sábado, 27 de mayo de 2017

INGREDIENTES BÁSICOS PARA FILOSOFAR: OCIO, ASOMBRO Y CONVIVENCIA INTERCULTURAL

"Las patrias no son lugares físicos sino actitudes, conceptos y valores para entender el mundo." M.M.Cruz

De todos es conocido que la filosofía surge a partir de unas coordenadas que la posibilitan. Las que más nombramos son el ocio y el asombro: porque sin tiempo libre, difícilmente podemos reflexionar y sin la capacidad de maravillarnos ante lo cotidiano, no seríamos capaces de cuestionarnos lo que la mayoría ni siquiera percibe, o simplemente acepta desde la inmediatez. Es la indispensable dosis de estupidez sin la que no podemos vivir de verdad; igual que sin una razonable dosis de locura es imposible emprender nada.

Pero quizás no insistimos lo suficiente en el hecho de que la filosofía surge en las polis más alejadas del centro político griego, entre ellas, las colonias, una especie de exilio forzoso de carácter más demográfico e incluso aventurero que político, polis llenas de lo que hoy llamaríamos exiliados y refugiados. La filosofía surge en un ámbito rico en diferentes culturas, diferentes formas de pensar. Y rico sobre todo en gente audaz, a la que estimula poderosamente el riesgo. La convivencia intercultural es pues un ingrediente básico para una reflexión profunda.

Vi hace poco la película argentina de “El ciudadano ilustre” en la que un famoso escritor galardonado con el Nobel -después de muchísimos años viviendo en Barcelona- decide visitar su pequeño pueblo en Argentina. Tras la primera emoción del reencuentro con su infancia, se siente incómodamente asfixiado en una comunidad cerrada y provinciana.

domingo, 7 de mayo de 2017

DERECHO A SOÑAR

“¡Rápido, rápido!, dijo el pájaro. Los seres humanos no pueden soportar demasiada realidad.” Eliot

Había oído hablar del derecho a la vida, del derecho a la inteligencia, del derecho a la justicia, a un trabajo digno…, pero el otro día escuché a Vargas Llosa hablar del derecho a soñar. Paré el video y lo volví a escuchar. ¡Derecho a Soñar! Sí, déjennos soñar, fantasear, imaginar, elucubrar, inventar…

Los sueños nos remiten a una posible evasión, pereza, alejamiento de la realidad, relajamiento, pérdida de tiempo, vacaciones… pero es una falsa evocación: porque no hay nada más útil ni más justificado que el derecho a soñar.

La capacidad básica para soñar es la imaginación, y la imaginación -en contra de otras ideas que corren por ahí- es lo que nos diferencia esencialmente de los animales. Seguramente junto a nuestra autoconsciencia.

Yuval Noah Harari (el prestigioso historiador y escritor) insiste en el poder de esta facultad porque gracias a ella los humanos podemos hablar de cosas que no existen: vamos al bosque a buscar unicornios o hadas.