domingo, 19 de abril de 2015

SOY EL CAPITÁN DE MI DESTINO


“No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.” William Ernest Henley 



Éste es un fragmento del poema "Invictus". Nelson Mandela lo leía a diario durante sus años de encarcelamiento y le sirvió de apoyo para sentirse invencible a pesar de las circunstancias.

Supongo que hay vidas más lineales y predecibles que otras pero, en general, a casi todos nos han pasado cosas con las que no contábamos: problemas laborales, un divorcio, un despido, un cambio de residencia, una enfermedad, una pérdida, una mala relación con un hijo, el desplante de un amigo…

¿Qué podemos hacer ante la adversidad?
Las reacciones habituales son darle rienda suelta a las emociones negativas: pena, tristeza, ira, rabia, desconsuelo, agresividad, y… la peor de todas las sensaciones, la de impotencia: la sensación de no controlar tu destino y lo que te pasa en él.

Quizás podemos empezar reajustando algunas ideas falsas con las que nos movemos, por ejemplo, pensar que podemos controlarlo todo. 
Saber que eso no es así y aceptarlo de antemano, puede ser muy liberador. Cuando decimos que podemos crearnos nuestra vida, no quiere decir que la podamos diseñar a placer según nuestros múltiples deseos. 

sábado, 4 de abril de 2015

EL COACHING Y LA MAGIA DE LOS ENCUENTROS

“Tenemos que avivar siquiera una llamarada de aquella misteriosa fuerza magnética que existe entre alma y alma”. Stefan Zweig

El ser humano es el más complejo, frágil y poderoso de los seres que habitan sobre la tierra. Desde que nacemos, necesitamos estar acompañados en nuestro crecimiento personal por: padres, maestros, amigos, tutores, terapeutas, coaches,  ídolos…

No podemos desarrollarnos sin la ayuda de los otros: y el éxito de esas intervenciones depende en gran medida de la calidad de la relación afectiva que se establezca y del propio esfuerzo personal.

¿Por qué esa necesidad del otro para crecer, y sobre todo para sanar? Es curioso, porque en el fondo todo crecimiento y sanación sólo pueden producirse desde dentro; pero no podemos obviar los increíbles beneficios de hacerlo acompañado.

Stefan Zweig expresa muy poéticamente esa magia que sucede en los encuentros personales, en el diálogo, en el contacto afectivo, que por cierto, él reivindicaba especialmente para los médicos, pero que yo recojo también para maestros, coaches o terapeutas: “tenemos que avivar siquiera una llamarada de aquella misteriosa fuerza magnética que existe entre alma y alma”.